Programa de tratamiento y pronóstico del dolor de cuello
El dolor de cuello constituye (J.D. Bier et al., 2016) la cuarta categoría más importante de quejas y síntomas relacionados con el sistema musculoesquelético. La mayoría de las personas (aproximadamente el 70 %) sufren algún tipo de dolor de cuello a lo largo de su vida, aunque por lo general no interfiere en sus actividades cotidianas. Aproximadamente el 20% de la población europea que sufre dolor de cuello acude al médico o al fisioterapeuta en algún momento. En la población general, entre el 50 y el 85% de los pacientes con dolor de cuello declaran que el dolor de cuello es recurrente o persistente en los 5 años siguientes.
El dolor de cuello suele disminuir en un 45%, acompañado de una disminución de las limitaciones en las actividades y la participación, en las 6 semanas siguientes a la aparición del dolor. Esto refleja un curso normal de recuperación. Sin embargo, si el dolor y las limitaciones en las actividades y/o la participación no mejoran o empeoran en las primeras 6 semanas, el curso de la recuperación se considera desviado. La gravedad del dolor de cuello puede fluctuar. El dolor recurrente y las limitaciones en las actividades y/o la participación en las primeras 6 semanas después de los primeros síntomas se consideran el mismo episodio de dolor de cuello. El término “dolor recurrente” se utiliza cuando el dolor reaparece después de 6 semanas, ya sea una o varias veces. En este caso, puede haber otros trastornos funcionales o anatómicos que afecten al grado de limitación de las actividades y/o la participación.
“Se considera que la recuperación es “normal” si el dolor de cuello disminuye en las primeras 6 semanas desde su aparición y/o si aumentan las actividades y/o la participación. La recuperación se considera “desviada” si el dolor de cuello persiste durante más de 6 semanas o si reaparece”
También se distingue entre el dolor de cuello relacionado con un traumatismo y el dolor de cuello relacionado con el trabajo. El dolor cervical traumático se produce como consecuencia de un traumatismo. Se prefiere este término al de trastorno asociado al latigazo cervical (WAD) debido a las connotaciones negativas del término “latigazo cervical”. El dolor de cuello que los pacientes creen que es resultado de su trabajo se considera dolor de cuello relacionado con el trabajo. Esta clasificación en subgrupos ayuda a identificar los posibles factores de riesgo de una recuperación desviada (Tabla 1).
Tabla 1: The neck pain guideline (J.D. Bier et al., 2016) of the Dutch Society of Physiotherapy
Señales de alarma para el dolor de cuello
Durante la primera consulta, es esencial que el fisioterapeuta excluya una patología grave (dolor de cuello de grado IV), basándose en el patrón de los síntomas y las señales de alarma. Una vez excluido el dolor de cuello de grado IV, el fisioterapeuta debe distinguir entre el dolor de cuello de grado I, II y III y tratarlo en consecuencia.
Tabla 2: The neck pain guideline (J.D. Bier et al., 2016) of the Dutch Society of Physiotherapy
Evaluación y diagnóstico del dolor de cuello
El fisioterapeuta (J.D. Bier et al., 2016) debe utilizar la información de la historia clínica y los hallazgos de la exploración física para evaluar el dolor de cuello, otros posibles trastornos funcionales o anatómicos, las limitaciones de la actividad y/o las restricciones de participación, y cualquier interacción entre ellos. Esto permitirá al terapeuta trazar el problema de salud del paciente y proporcionar una respuesta a las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es la gravedad (grado) del dolor de cuello?
- ¿Las quejas o síntomas siguen un curso normal o desviado de recuperación?
- ¿Tiene el paciente dolor de cuello relacionado con el traumatismo o con el trabajo?
- ¿Existen factores de riesgo (factores psicosociales, personales y ambientales) para un curso de recuperación desviado, y pueden estos factores ser influenciados por la terapia física?
- ¿Existe una relación entre las limitaciones de la actividad y/o las restricciones de la participación y el dolor de cuello u otros trastornos funcionales/anatómicos, y puede influir en esta relación la fisioterapia?
Caso de paciente con dolor de cuello
¿Cómo funciona el tratamiento del dolor de cuello en la práctica? Veamos el caso de un paciente y veamos cómo se produce la consulta inicial y el plan de tratamiento. Después del programa de tratamiento, podemos echar un vistazo a los resultados del tratamiento y cómo se evalúan.
Edad: 66 años, mujer
Altura: 168 cm
Peso: 85.6 KG
IMC: 30.3
País: Países Bajos
¿Cuál es la gravedad (grado) del dolor de cuello? Dolor de cuello de grado I/II
¿Las molestias o síntomas siguen un curso normal o desviado de recuperación? Sí, curso desviado de la recuperación: dolor de cuello que (en mayor o menor medida) interfiere con las actividades diarias y que se espera que tenga un curso desviado de la recuperación. La presencia dominante de factores psicosociales que retrasan o inhiben la recuperación.
¿Tiene el paciente dolor de cuello relacionado con el trauma o con el trabajo? Relacionado con el trauma
¿Existen factores de riesgo (factores psicosociales, personales y ambientales) para un curso de recuperación desviado, y pueden estos factores ser influenciados por la terapia física? Sí, factores psicosociales y ambientales.
¿Existe una relación entre las limitaciones de la actividad y/o las restricciones de la participación y el dolor de cuello u otros trastornos funcionales/anatómicos, y puede influir en esta relación la fisioterapia? No
Banderas rojas de cribado: No hay banderas rojas
Una vez establecida la indicación de fisioterapia, el fisioterapeuta crea un plan de tratamiento a medida en consulta con el paciente. También puede intervenir un tercero (por ejemplo, de otra disciplina, como un psicólogo o un médico de empresa).
Plan de tratamiento
Dolor de cuello de grado I/II con un curso de recuperación desviado: dolor de cuello que (en mayor o menor medida) interfiere con las actividades diarias y que se espera que tenga un curso de recuperación desviado. La presencia dominante de factores psicosociales que retrasan o inhiben la recuperación.
El tratamiento debe centrarse en los factores (tanto físicos como no físicos) que retrasan o inhiben la recuperación, con especial atención a los factores psicosociales. Es menos eficaz centrarse en el dolor porque esto sólo aumentará la conciencia de dolor del paciente y la conducta de dolor resultante.
- Combinar el tratamiento con ejercicios con la movilización o manipulación cervical y/o torácica*.
- Adaptar el tratamiento con ejercicios a las necesidades, limitaciones y objetivos del paciente.
Información y asesoramiento
- Haga hincapié en que los factores psicosociales (ansiedad, inquietud, depresión, miedo al movimiento (kinesiofobia), pensamiento catastrófico, etc.) pueden afectar negativamente a la recuperación.
- En cuanto al miedo al movimiento (kinesiofobia) o la ansiedad relacionada con el dolor, explique que un aumento de la actividad facilitará la recuperación y anime al paciente a hacer más ejercicio.
- Discutir periódicamente el impacto de los factores psicosociales que podrían retrasar la recuperación, para comprobar si estos factores han cambiado y si su impacto en el dolor de cuello ha disminuido.
- Si los factores psicosociales realmente dificultan la recuperación, se debe animar al paciente a ponerse en contacto con su médico de cabecera, psicólogo y/o fisioterapeuta psicosomático y discutir las opciones de tratamiento.
- En la terapia de ejercicios, hay que hacer más hincapié en los principios conductuales y fomentar un aumento gradual de la actividad física.
Programa de terapia de ejercicios (basado en las mejores prácticas clínicas)
- 12 semanas de entrenamiento 2 veces por semana
- Incluye DAVID G110, G120, G130, G140 G150, G160
- Fase 1: 4 semanas 8 visitas > 25% de la fuerza máxima
- Fase 2: 2 semanas 4 visitas > 30% de la fuerza máxima
- Fase 3: 3 semanas 6 visitas > 35% de la fuerza máxima
- Fase 4: 3 semanas 6 visitas > 40% de la fuerza máxima
Evaluación del tratamiento
Puntuación de dolor (NPRS)
El dolor de cuello disminuyó significativamente, pasando de una puntuación de dolor de 7 al inicio del tratamiento a una puntuación de dolor de 1 al final de las 12 semanas del programa.
Puntuación de dolor (NPRS) | T0 | T1 después de 12 semanas |
---|---|---|
Hombro y brazo | 5 | 1 |
Cuello | 7 | 1 |
Espalda | 1 | 2 |
Cadera y pierna | 0 | 1 |
Movilidad
La movilidad de la columna cervical aumentó. La extensión cervical aumentó un 1,7%, la flexión cervical un 14,8%, la flexión lateral cervical derecha un 44,5%, la flexión lateral cervical izquierda un 64,3%, la rotación cervical derecha un 21,9 y la rotación cervical izquierda un 21,2%.
Fuerza
La fuerza de la columna cervical aumentó. La extensión cervical aumentó un 97%, la flexión lateral cervical derecha un 156%, la flexión lateral cervical izquierda un 93,3%, la rotación cervical derecha un 253,8% y la rotación cervical izquierda un 25,5%.
Conclusión
La cuantificación de la terapia de ejercicios ayuda a comprender el curso del tratamiento tanto para el terapeuta como para el paciente. El equipo de ejercicios permite al terapeuta limitar la amplitud de movimiento del paciente y la resistencia del peso. Cuando el paciente está mental y físicamente preparado, el terapeuta puede aumentar estos parámetros de ejercicio. Los resultados cuantificados permiten comprender mejor los resultados del tratamiento. En este ejemplo concreto, el dolor percibido por el paciente ha disminuido, y la fuerza y la movilidad han mejorado considerablemente.
Referencias
[1] Royal Dutch Society for Physical Therapy (2018) J.D. Bier, G.G.M. Scholten-PeetersII, J.B. StaalIII, J. Poo, M. van Tulder, E. Beekman, G.M. Meerhoff, J. Knoop, A.P. Verhagen: Royal Dutch Society for Physical Therapy, Neck Pain Guideline.